Resistencia. La sociedad descree en la Justicia, y la Justicia alimenta ese rechazo en sentencias donde políticos y dirigentes son encontrados culpables pero las penas son la nada misma. Vanesa López y otras personas vendían mercaderías que recibían de Desarrollo Social, mostrando una vida opulenta injustificable. Ahora fue condenada en un juicio abreviado, es decir «se declaró culpable» para no ir presa.
El Tribunal Oral Federal de Resistencia integrado por Juan Manuel Iglesias condenó por «lavado de activos» a la dirigente social Vanesa Elizabeth López, Walter Liva y Claudio Rubén Ojeda.
Los condenados recibieron una pena de tres años en suspenso por lo que no deberán ir a prisión. Y esta sentencia se llegó luego de que las partes, es decir imputados y el fiscal, acordaron un juicio abreviado.
Y la causa contra ellos comenzó cuando descubrieron que López vendía mercadería que recibía por parte de Desarrollo Social.
«Se ha acreditado un incremento considerable en el patrimonio de los imputados con la adquisición de diferentes vehículos, que coincide con la prestación de servicios a la administración pública provincial, y que no pueden justificarse con los ingresos declarados por aquellos», señaló la sentencia.
«A partir de estos indicios se puede inferir que Elizabeth Vanesa López, Walter Liva y Claudio Rubén Ojeda han puesto en circulación bienes de fuente espurias ilícitas, y determinar la verosimilitud de la imputación penal, es decir la intervención de los nombrados en los hechos punibles atribuidos», se puede leer en el fallo.
El historial
López, referente social del barrio Toba, alineada al kirchnerismo coquista chaqueño, enfrentó un juicio acusada de haber vendido la mercadería que le entregaba el Ministerio de Desarrollo Social de Chaco -que estaba destinada a familias vulnerables-, a un supermercado y con el dinero que obtenía de la venta de alimentos, esta dirigente social, su pareja y su hermano, está sospechada de haber comprado 14 camionetas y autos, y más de una decena de motocicletas.
López como abanderada de los castigados pueblos originarios, su vida parece ser un “verdadero lujo”. Y es que así lo expone ella misma, en su perfil de Facebook donde con cierta ostentación, publica al detalle cada una de sus adquisiciones, y cada uno de sus “gustitos”.
Camionetas de alta gama, un diamante en un diente, costosos regalos a hijos, sobrinos y amigos y hasta un arma de fuego, se puede apreciar en sus publicaciones, con solo hacer un rápido repaso.
Entre otras cosas según publicó oportunamente en su web el Centro de Estudios e Investigación Nelson Mandela- el 22 de diciembre de 2014, Eduardo Luciano Fernández, poblador de hace más de 30 años del barrio Chillili denunció ante la Secretaría de Derechos Humanos del gobierno de la provincia que su vecina Vanesa López “vende droga” y que “usa a niños menores para distribuir drogas a los consumidores de la zona”.
Vanesa López es una suerte de Milagros Sala chaqueña, apañada por el gobernador Capitanich desde hace años, así como también lo fue por Domingo Peppo. Este es otro caso de tantos, así como Tito López, Emerenciano Sena y Marcela Acuña, o el de Omar Judis, su hijo Enzo y la banda que los acompañaba como Jorge Varela y el intendente Chivo Ibáñez.