Sáenz Peña. La fiscal busca mantenerse en los espacios mediáticos y ahora cita que el ex juez Juárez realizó “juicios exprés” y lo convoca a declarar.
Tras quedarse sin recursos para mantener presos a los sospechados, la fiscal se vio obligada a otorgar libertad bajo cauciones de 100, 60 y 50 millones a Juan Manuel Michlig, Pablo Garcia y Eduardo Correa; todos apelaron la decisión y las libertades se resolvieron por montos mucho más bajos, incluso algunas de ellas con tramites poco convencionales.
Tras varios meses sin aparecer en los medios de prensa, desde diciembre del año pasado cuando otorgó la libertad a los investigados, ahora Lupi citó para el próximo 02 de mayo al ex juez Civil y Comercial de Sáenz Peña Pedro Juárez. Llamativamente tras varios meses de silencio la Fiscalía de Lupi ahora indica recién tras casi tres años encontró un número determinado de «juicios exprés” cuando Juárez aún era funcionario judicial, y por ello cree que “tiene un papel relevante en la causa”, y que “no puede negarse su carácter de organizador junto con los imputados».
Una causa no muy clara
La bautizada causa «megaestafa inmobiliaria» nació como resultado de una guerra entre estudios jurídicos observándose desencuentros de caracter familiar entre algunas personas.
En diciembre pasado la Cámara Primera en lo Criminal resolvió darle un plazo de dos meses a la Fiscalía para elevar la causa a juicio, plazo que se venía posponiendo ya que Lupi siempre tenía «un As» en la manga para mantener la causa en su escritorio y así mantener a todos presos. La Cámara remarcó lo que la Procuraduría General ya había echo y le recordó a la fiscal que de no elevar la causa a juicio “la Fiscalía deberá hacer cesar los efectos de la prisión preventiva dictada”. Y así ocurrió, lo último.
El As de Lupi
El año pasado ningún algún abogado se expresó sobre este tema, a excepción de Daniel Avila, que públicamente habló de un Poder Judicial indolente, poco transparente, ineficaz, errático. Se refería así a que Pablo García era acompañado por un policía y asistía a tribunales a tomar despacho. Gozaba de ciertos privilegios que la Justicia le daba; claro había sido él quien se acogió a la “Ley del Arrepentido” en un hecho inédito en la justicia chaqueña y por lo cual fue premiado, tras narrar una desopilante historia, con el beneficio de la detención domiciliaria. García dejó de llorar como niño en la celda del Complejo Penitenciario y pasó, tras esa negociación vidriosa, a disfrutar del confort en su casa.
Caución con trámite raro
A horas que comience a regir el vencimiento de términos y se produzca la llegada de la feria judicial, Lupi introduce novedades respecto de la situación procesal de los tres imputados que permanecían en condición de detenidos. Determinó el cese de la prisión preventiva y le taso la libertar a Juan Manuel Michlig con una caución real de 100 millones de pesos, a Germán Eduardo Correa 60 millones de pesos y al «arrepentido» Pablo García una suma de 50 millones.
Correa hizo una presentación y obtuvo su libertar por mucho menos dinero, se dijo en su momento al rededor de 14 millones. En tanto que Michlig, según algunas voces de pasillo, fue notificado de su libertad sin que se efectivice la caución que también fue discutida por el monto. Ese monto de 100 millones fue bajado a 42 millones y mientras se hacían los trámites pertinentes Michlig fue citado a la Fiscalía de Lupi para ser notificado de la libertad sin que el trámite este finalizado. hay quienes dicen que le mencionaron que «tras la feria, completamos los papeles».
Lupi, reina de los medios
La fiscal que instruye esta causa se mostró muy apegada a los titulares grandilocuentes, como el último que consiguió hace horas con el llamado a declarar de Juárez.
Aunque en Sáenz Peña y en el interior hay muchos supuestos delitos que involucran a determinados personajes del ámbito empresarial, comercial y profesional, no hasta ahora una Fiscalía se tomo el trabajo de investigar de oficio el accionar de un magistrado como Juárez, pero llamativamente no ocurrió mismo con Zaloff Dacoff en su momento, o con Osiska en la actualidad.
La Fiscalía consiguió primeramente que el abogado Alejandro Luis La Regina «rompiera el silencio», y eso generó a favor de este imputado una readecuación en los delitos que se le estaban investigando, y un titular importante en el haber de Lupi.
También le dedicó tiempo a Héctor Carlos Rubén Sáez, propietario de una concesionaria de automóviles, a quien lo arresto un par de veces, primero por creerlo parte de «una banda» y luego por “entorpecimiento de la investigación”. Eso a Sáez casi le mata el negocio familiar, y Lupi sumaba títulos.
Cuando los medios no publicaban artículos destacando su accionar, Lupi se enojaba y consideraba que las publicaciones eran “una información distorsionada bridada al respecto por medios locales de Sáenz Peña”. Así respondió el cuestionamiento hecho por Daniel Avila que desnudó que García era acompañado por un policía y asistía a tribunales a tomar despacho.
El corporativismo judicial se sintió de sobremanera en estos tres años, y para ejemplo basta un botón, reza el refrán. Incluso dejando la Fiscalía en acciones subrogadas cada vez que acontecía un hecho relacionado al abogado Michlig se montaba una cobertura mediática cinematográfica, y así Lupi conseguía que la causa mediáticamente esté en boca de todos.
La fiscal dejó demostrado su gran interés en dos cosas. Primero que cada vez que iba a vencer el término de los plazos establecidos “por ley para las prisiones preventivas impuestas» siempre solicitaba una prórroga extraordinaria aduciendo que todavía no culminó la investigación preparatoria para elevar a juicio el proceso. Así se mantuvo la atención pública con un elemento interesante, los detenidos. Y segundo buscó un par de medios, de gran perforación en la opinión pública, que hicieron las veces de voceros de la magistrada investigadora y volcaron ríos de tinta para destacar que ella dejó al descubierto un entramado de maniobras para apropiarse de inmuebles y bienes valuados en cifras millonarias.