Sáenz Peña. El ciudadano reniega de «los representantes del pueblo» a los que les paga el salario. Lejos de contralor y fiscalizar al Ejecutivo, la actividad legislativa local se ha convertido en «una fábrica» de resoluciones, sin peso, alejadas de la problemática del vecino, vacías de contenido de la realidad de la Ciudad que debe debatirse, y orientadas sólo a «buscar la foto».
Los concejales como una de sus tareas deben controlar las acciones encaradas por el Municipio solicitando informes y explicaciones a sus funcionarios, pero también el objeto del edil es de dar, hacer o establecer leyes, es decir llevar adelante el proceso por el cual uno o varios del Estado, formulan y promulgan determinadas reglas jurídicas de observancia general. Sin embargo la mayoría automática lograda por la UCR en las elecciones termina con un Concejo alejado de la gente, blindando las acciones gubernamentales, donde muchas veces los ediles de la oposición ni tienen el libre acceso a la información por el «encajonamiento».
La actual composición del Concejo, con mayoría absoluta radical comandados por Nora Gauna (de quien dicen ya no tiene el padrinazgo de Carim Peche) y Denis Kisiel (que llegó al concejo no porque la ciudadanía lo conozca sino por ser amigo del Intendente) pareciera que vive a base de resoluciones banales, o pedidos de informes nunca contestados, o bien simples declaraciones orientadas sólo a «buscar la foto» de la entrega para el muro de Facebook. Al menos eso queda demostrado en las últimas semanas de pobre productividad legislativa.
Entre los temas que hoy la ciudad que crece amerita discutir están, por ejemplo, el Art. 27 de la ley-4233 aumentar en número de ediles cuando la ciudad supere los cien mil (100.000) habitantes, o la Carta Magna propia, pero muchas veces el «debate» se circunscribe al presupuesto de gastos, el cálculo de recursos y la Ordenanza General Impositiva y Tributaria, como temas gravitantes.
Mientras la ciudad necesita discutir temas como el ordenamiento del tránsito, las motos sin patentes, la conducción sin casco, automovilistas que usan el celular o beben mientras manejas, la ampliación de la base tributaria en los barrios, la construcción de edificios sin preservar el tema cocheras, los concejales radicales se preocuparon las ultimas semanas por ingresar proyectos de interés municipal por el día del dengue, o el día de la radio. proyectos impulsados por los radicales Neznajko, Rodríguez, Pérez, Hukovsky, comandados por Kisiel.
Algunos medios buscaron la palabra de Kisiel en los últimos días, para conocer más sobre la producción legislativas y los temas que los ediles oficialistas se comprometieron sumar a debate cuando eran candidatos, pero Kisiel debe repartir su tiempo entre la tarea de legislar y la de llevar adelante su estudio contable, o ir a cuidar sus intereses familiares al campo.
Muchos actores de la sociedad desnaturalizan el concepto de política, y toman la participación como herramienta para solucionar cuestiones personales o familiares. Se debe entender que lo esencial de la política es el servicio a la sociedad y no como una profesión en la que uno pretende jubilarse. Para el caso del contador Kisiel, que desde hace años viene ocupando cargos municipales (fue secretario coordinador de Gabinete en la gestión anterior y por ello es el eslabón de confianza del Ejecutivo en el Concejo), como muchos otros, pareciera que la política se orienta a una ocupación más donde de paso proyectó a su esposa al frente de la Subsecretaria de Producción Primaria (otro sueldo para la familia) o a su cuñada como coordinadora de la Residencia Estudiantil N°2 de Presidencia Roque Sáenz Peña donde ya hay un cumulo de quejas por el destrato a estudiantes a los que, incluso, habría amenazado con sacar las pertenencias a la calle para que liberen el lugar ocupado donde hoy en día habría hacinamiento de estudiantes.
