Buenos Aires. La falta de unidad en Cambiemos había frenado las negociaciones con el nuevo interbloque Argentina Federal, cuyos 35 diputados tienen la llave para que el Gobierno logre el quórum y los votos.
Las informaciones periodísticas no alcanzaron para convencer a los peronistas no K pero el comunicado de apoyo a la reforma previsional con las firmas de Mario Negri, Nicolás Massot y, fundamentalmente, de Elisa Carrió, sí.
La falta de unidad en Cambiemos había frenado las negociaciones con el nuevo interbloque Argentina Federal, cuyos 35 diputados tienen la llave para que el Gobierno logre el quórum y los votos suficientes para sancionar las modificaciones al sistema jubilatorio.
Pablo Kosiner, peronista y salteño, le había hecho saber a Cambiemos: «Que resuelvan entre ellos primero y después nos sentamos a discutir».
Las charlas no se habían congelado pero estaban en una impasse y el comunicado, reunión de por medio en la Casa Rosada, oficializó el alineamiento del oficialismo detrás del proyecto, incluso a la díscola líder de la Coalición Cívica que había avisado que sólo votaría la ley en general.
Ahora, con ella consensuando, la negociación ya puede avanzar y hoy a las 9 el bloque que integran entre otros Kosiner y Diego Bossio tiene previsto analizar si paga el costo político de acompañar la iniciativa del oficialismo.
En el reparto de roles el primero se ocupa de la reforma previsional y el segundo de las conversaciones por la reforma tributaria, después de que los gobernadores de todo el país (excepto Alberto Rodríguez Saá) firmaran el pacto con la Casa Rosada que incluye el Consenso Fiscal, la reforma fiscal y tributaria y la previsional.
En Diputados, de todas las fuerzas opositoras, sólo el Interbloque Federal está dispuesto a votar a favor aunque lo haría dividido. «Los que trabajamos con los gobernadores no le vamos a quitar el cuerpo», anticipó a Infobae Kosiner, aunque también alertó que algunos diputados votarán en contra. Es el caso de Bossio, que fue titular de la ANSeS en el gobierno de Cristina Kirchner y participa a diario del diálogo con Cambiemos, y de Eduardo ‘Bali’ Bucca que desde Bolívar llegó al Congreso en la lista de Florencio Randazzo.
De todos modos Cambiemos no necesita a los 35 federales (19 de ellos son del Bloque Justicialista y el resto representan a San Juan, Córdoba, Misiones y Tucumán) porque con sumar 22 a los 107 propios ya logra habilitar la sesión.
Las voces en contra y el riesgo de declaración de inconstitucionalidad de la futura norma llevaron al PJ dialoguista a esperar un gesto del bloque de Cambiemos. Se quejaban esos peronistas no K por la falta de defensa de la ley de parte de los diputados oficialistas y avisaron que no serían ellos los primeros en dar su consentimiento para avanzar. La segunda queja tuvo que ver con que «la actitud del Gobierno de llamar a la gobernabilidad a nivel nacional no es la misma que está teniendo Cambiemos en las provincias» en referencia al voto en contra de las reformas de Juan Manuel Urtubey en la Legislatura de Salta.
La unidad del bloque oficialista cambió el escenario y los federales son más permeables aunque insistirán con modificar el proyecto que envió el Senado, fundamentalmente en lo que respecta a la fórmula que se aplicaría para ajustar los haberes jubilatorios y la fecha y plazo de aplicación.»Sin quórum propio y sin mayoría, tienen que alcanzar necesariamente niveles de acuerdo», se esperanzaba Kosiner ayer a la espera de que algún cambio propuesto por su bloque sea aceptado aunque en ese caso la ley volvería al Senado y no es la idea que maneja Cambiemos.
El Gobierno cuenta con plazos cortos: hoy se constituye la comisión de Previsión y por la tarde arranca el plenario junto con la comisión de Presupuesto que tendría carácter informativo y contaría con la presencia de funcionarios nacionales. En ese plan podría haber dictamen para que la reforma previsional llegue al recinto la próxima semana. Hasta entonces esperan sumar los votos que garanticen el éxito de la estrategia de Mauricio Macri en extraordinarias.