Sáenz Peña. El técnico superior en Sommelier, Juan Miguel Chichizola, habló este miércoles con Radio La Red al conmemorarse el Día del Vino. Mencionó que hoy la gente quiere saber un poco más sobre lo que toma.
Cada 24 de noviembre se celebra el Día del Vino Argentino, una fecha que conmemora a la Ley Nº 26.870 que declaró al vino como una bebida nacional en 2013. Si bien en 2010 tuvo su primer reconocimiento gracias al decreto presidencial, tres años más tarde, una ley aprobada por unanimidad en el Congreso promueve y busca revalorizar el producto que es reconocido a nivel mundial y que no puede faltar en la mesa de los argentinos.
Al dialogar con Radio La Red de Sáenz Peña el técnico superior en Sommelier, Juan Miguel Chichizola, rescató que la fecha busca difundir las características culturales que implica la producción, elaboración y consumo del vino y sus tradiciones. «Es una fecha para revalorar todo lo que tiene que ver con la vida del vino. El vino es algo muy cultural, presente en nuestros abuelos, en la mesa de nuestras familia se tomaba siempre vino», dijo, y recordó que «el asado, el tango, jugadores de futbol, y el vino, especialmente el malbec, son nuestros embajadores».
Chichizola, formoseño de nacimiento radicado en CABA dicta una Diplomatura en Sommelier mediante UNCAus en Chaco y Corrientes. «La industria vitivinícola con todos los vaivenes de la economía siempre salió beneficiada», dijo y recordó el 1 a 1 de los años 90 que sirvió para comprar barricas de acero en un tiempo donde la industria se modernizó, y la devaluación que permitió producir a un dólar que valía 1 a 1 y vender a un dólar que valía 4 pesos.
Según sostuvo Chichizola «la gente se interesa más hoy en día para conocer más, el vino formaba parte del día a día y no se hacia tantas preguntas sobre varietales y demás, eso no estaba en la cabeza del consumidor, pero la gente en los 90 empezó a querer conocer más lo que toma».
Sobre los tabúes que suelen mencionarse respecto a la conservación del vino, Chichizola dijo tener una máxima siempre presente: ‘botella abierta, botella muerta’, sin embargo expresó que «hoy hay elementos que te permiten conservar más el vino, pero lo que hay que cuidar es la presencia de aire dentro de la botella porque lo oxida».
«El peor lugar para guardar un vino es la cocina, la temperatura ideal es de 12 a 14 grados. Debe ser una temperatura constante, no mucha humedad, relativamente oscuro. Yo considero dos muy buenos lugares para guardar un vino en casa, uno es debajo de la cama y el otro es el placar sobre el piso».
Sobre la Diplomatura en Sommelier que dicta UNCAus recordó que el objetivo de la diplomatura es capacitar a personas para que que sepan comunicar sobre la importancia de esta bebida nacional y a su vez puedan brindar un servicio acorde a la materia gastronómica de la región.