Sáenz Peña. Algunos dirigentes que vienen con el ala arrastrada necesitan urgentemente volver al ruedo para no quedarse afuera de las discusiones que vienen para fin de año.
Así las cosas hay quienes, con problemas dentro de sus propios gremios, pero atornillados en el sillón de conducción, aspiran a encontrar nuevos adherentes que en un futuro no muy lejano hagan de trampolín para sus sueños truncos.
Aprovechando que la gremialista judicial Graciela Aranda, denunciada por estafa con terrenos, pretende adueñarse del sello unificándolo para seguir «enroscando la víbora» al Gobernador y demás cuadros políticos, varios gremialistas de la Termal tuvieron reflejos y reaccionaron con un intento de normalización tras más de 20 años de inactividad de la CGT Sáenz Peña.
Hasta ahí un gran paso institucional. Pero ¿qué hay detrás de esa búsqueda? Gremialistas que están denunciados por sus afiliados por negocios con empresas constructoras que no saben que es una pala, envueltas en situaciones inexplicables con viviendas que jamás se han construidos y terrenos en riesgo de pérdidas; otras que no pudiendo alcanzar la conducción de sindicatos locales se escudaron detrás de sellos provinciales pero cuentan con el descrédito de los dirigidos municipales; sumados a quienes acumulan decenas de denuncias y juicios con condenas en la justicia; adornados por quienes manejaban instituciones no gubernamentales que utilizaban como si fuesen propias armando negocios a medida para la familia, lease hija y yerno; y otros tantos que con el acumulativo de años en los sillones gremiales también acumulan mañas y conductas vidriosas, adornan la mesa que pretende ser la representación del abanico gremial saenzpeñense.
En algunos casos hay quienes no habiendo conseguido resultados en el plano político, con precandidaturas que fueron un desastre o que terminaron en ridículos, en algunos casos porque los sufragios no dieron y en otros porque los «bajaban» ridículamente.
Toda esa maraña de situaciones rodea a un grupo de dirigentes que se escudan detrás de la»representatividad gremial» buscando mediante el sello de goma volver a las conversaciones a fin de año o principios del año que viene.
El problema no está en la búsqueda sino en el camuflaje de buenos muchachos que algunos enseñan, teniendo muchas situaciones vidriosas prendidas como escamas.
CGT SáenzPeña es una necesidad pra algunos, una necesidad imperiosa, un sello de goma anhelado necesario para que algunos gremialistas puedan «resucitar» del ostracismo y enjuagar manchas en sus pasos recientes.
