Corrientes. Fue en una misa en la catedral de la Inmaculada Concepción (Santo Tomé),presidida por Monseñor Gustavo Montini, en el marco de la reunión anual de los obispos de la región pastoral Nordeste, que integran diez diócesis.
El obispo de Santo Tomé (Corrientes), monseñor Gustavo Montini, presidió en la catedral local de la Inmaculada Concepción la misa de bienvenida a los obispos de las diez diócesis del Nordeste Argentino (NEA), que participan de la reunión regional en esta jurisdicción eclesiástica.
En la homilía, monseñor Montini hizo alusión al libro de Jeremías y al Evangelio según San Mateo, trayendo a la reflexión la vida cotidiana, como también el tiempo de Cuaresma.
El prelado hizo referencia especial a la humildad, con la que -sostuvo- hay que manejarse en la vida diaria, teniendo en cuenta la frase: «El que quiere ser grande, que sirva; y el que quiera ser primero, que sea un esclavo».
En ese sentido, monseñor Montini recordó que Jesús vino al mundo «no a ser servido, sino a servir; pero fundamentalmente a dar su vida por la redención de todos nosotros».
El obispo anfitrión llamó a la comunidad a caminar mirando a Dios, porque ese es el verdadero objetivo: «Ir hacia Dios”, y recordó que, en ese mirar a Dios, está la súplica, como lo dice el salmo 30: «Sálvame Señor, por tu Misericordia».
Concelebraron la Eucaristía los arzobispos Andrés Stanovnik OFMCap (Corrientes) y Alfredo Dus (Resistencia); y los obispos Ángel Macín (Reconquista), Adolfo Canecín (Goya), José Conejero Gallego (Formosa), Hugo Barbaro (San Roque), Juan Martínez (Posadas), Nicolás Baisi (Puerto Iguazú), Damián Bitar (Oberá), José Larreguain OFM (auxiliar de Corrientes) y Ricardo Faifer (emérito de Goya).
