Resistencia. Karina Cotichelli, al igual que el resto de su familia, no pudo despedirse de su padre. Murió en soledad, no hubo despedida, ni velatorio, y el Gonbierno está resolviendo qué hacer con el cuerpo, posiblemente será cremado.
Desde que el ingeniero, César Cotichelli, fue internado en Resistencia, por un cuadro compatible con coronavirus, su familia debió aislarse, al igual que él y, desde ese momento, no pudieron volver a tener contacto, hasta el día de su muerte, donde tampoco fueron autorizados a verlo, ni a despedirse siquiera con un funeral donde poder abrazarse, ya que cada uno debió iniciar su duelo en completo aislamiento.
A una semana de su fallecimiento, ocurrido el pasado viernes 13 de marzo, la hija mayor del ingeniero de 61 años, Karina Cotichelli, relató qué ocurre cuando una persona es diagnosticada con COVID-19, y además contó en primera persona, el gran sufrimiento que padece la familia del paciente, que no tiene permiso de acompañarlo físicamente, ni siquiera en sus últimos minutos de vida.
En su cuenta personal de Facebook, Karina escribió con dolor: “Desde el momento en que un ser querido es positivo en Covid-19, se lo pone en cuarentena y no podrá verlo hasta su recuperación completa; de lo contrario, si su situación de salud empeora para llevarlo a la muerte, no se le permitirá verlo incluso cuando esté muerto, ni de darle un funeral, solo se le informará que está muerto y que el Estado pensará en la eliminación del cuerpo”, escribió la hija del primer fallecido de coronavirus en el Chaco, y el segundo a nivel país.
Luego, Karina apeló a la responsabilidad social y aconsejó a todos sus seguidores que cumplan con el aislamiento: “Trate de imaginar el último escenario y considere si vale la pena ignorar los deberes que le ordena el Gobierno de su país, el último escenario me pasó a mí por eso mi mejor consejo es que TE QUEDES en casa. #yomequedoencasa #quedateencasa”, escribió a una semana de perder a su padre por coronavirus.
Cesar Cotichelli había regresado de un viaje por Europa el 24 de febrero de 2020, y el 5 de marzo comenzó con los primeros síntomas de COVID-19, tenía diarrea y fiebre. Por lo que fue internado cinco días después, en un sanatorio privado de Resistencia, luego de presentar dificultades respiratorias.
El ingeniero permaneció internado en grave estado hasta el día de su fallecimiento, el 13 de marzo, donde murió en aislado, sin poder recibir visitas, ni la despedida de sus seres queridos, ni tampoco un merecido funeral, ya que lo cremaron inmediatamente, en absoluta soledad.
