Resistencia. Falta de stock de los cortes que más se comercializan, cuestiones estacionales y un precio congelado desde hace meses, serían los motivos.
Ante esta situación algunos productores aseguran que se trata de un escenario que no sorprende por una serie de factores. Hablan de la lógica de actualización constante que vive el país.
«Era sabido que la suba se daría», indicó un productor y comercializador minorista. Menciona que la falta de stock de animales de feedlot o engorde a corral, que es el que más se vende en el país, y las cabezas para reposición, lo que se denomina invernada había tenido una suba por precios planchados de hace meses, que luego repercutirá en todos los eslabones de la cadena.
Puede que el aumento no sea uniforme, pero las estimaciones dan cuenta de que oscilaría entre el 10 y el 20 por ciento.
Según las voces de los productores «había muchos animales encerrados que había que venderlos para que no se ‘pasen’ y el ciclo natural es de 60 a 90 días, hoy los feedlots están vacíos con una demanda que es amplia, es un hecho que no tiene culpables».
De igual manera los costos subieron y eso repercute en la hacienda. «Hace dos meses o tres el precio estaba estancado», dicen, y citan costos fijos como los combustibles. En perspectiva se dice que las oscilaciones en el precio no son nuevas sino cíclicas, pero también reseñan lo impositivo, un peso tremendo.
La elevada carga de tributos que termina influyendo no solo en el precio final , sino que impide destinar esos fondos a otros destinos, como mejorar haberes de trabajadores, es un drama irresuelto.
Hay zonas rurales que son preocupantes por la pérdida de la cultura del trabajo en los jóvenes en contrapartida para elegir cobrar subsidios estatales antes que capacitarse en oficios del ámbito agropecuario.