Buenos Aires. El ministro del Interior es la cara visible de esta situación. El Presidente quería listas de consenso en todo el país, pero Frigerio le falló.
Diez provincias desoyeron el pedido de Mauricio Macri a través del operador Rogelio Frigerio para evitar las internas y forjar listas de consenso en las PASO, incluso en Chaco donde la mano derecha de Frigerio es la propia Aida Ayala, quien estuvo más preocupada en asegurar su lugar que en evitar enojos.
En la Ciudad, el Gobierno no había habilitado a competir a Martín Lousteau -apoyado en la UCR porteña- y debió resignar la marca Cambiemos.
La Casa Rosada tendrá boletas “oficiales” -aprobadas por la mesa de Coordinación de Cambiemos- en ocho de las nueve provincias díscolas. Son los casos de Chaco, Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, Santa Cruz, San Luis, Catamarca, Salta, Neuquén, San Luis, Córdoba y Santa Fe.
En el Gobierno primaba la «tranquilidad», entre la confirmación de las candidaturas de Florencio Randazzo y ante la poca competitividad de las listas paralelas. Se quejan de las internas radicales que se multiplican sin seguir los lineamientos del comité nacional del peronismo al que señalan por financiar a los rivales internos. Es la misma acusación que recae sobre el Gobierno nacional y la candidatura de Florencio Randazzo en Provincia.
El caso de La Pampa es el más complejo. La idea de la mesa de coordinación era que el radical Francisco Torroba encabezara y fuera seguido por el delfín de Carlos Mac Allister, Martín Maquieyra. Sin embargo, los sectores del radicalismo local -contrarios a Torroba- como Leandro Altolaguirre proponen a Martín Berhongaray. Con ese panorama, en lugar de haber dos listas habría cuatro: una del PRO oficial con Martín Maquieyra; otra del PRO disidente con Darío Casado y las radicales de Torroba y Berhongaray. Podrían pedir una prórroga de 48 horas.
Finalmente serán diez provincias con internas de Cambiemos. Peña, Vidal, Macri y Larreta lograron llevar la marca Cambiemos a todo el país, pero no pudieron evitar las PASO.
