Sáenz Peña. El título corresponde a la primera frase de una nota de opinión del doctor Daniel Ávila «Nuevos métodos en la Justicia» y donde hace referencia a lo que sucede hoy día con los juicios por jurados. Hay cuestionamientos luego de tres juicos celebrados y fotografía de «celebración» compartida por jueces, fiscales y defensores.
Nuevos métodos en la Justicia
Para la justicia, ¿una imagen vale más que mil palabras? ¿Están cambiando el modo de acercarse a los justiciables?
Estas preguntas derivan de una polémica publicación en la que se muestra una fotografía donde, a saber, la integran un Juez de Cámara, el Fiscal de Cámara, Secretario, Secretaria del jurado actuante, abogados defensores y personal logístico interviniente.
En principio, esa fotografía que tanta controversia provocara no tendría ninguna relevancia, ni para bien, ni para mal.
¿Será, tan así?
Unos dicen, con indignación, que la misma fue tomada antes de conocerse el veredicto. Otros, expresan lo contrario.
La explicación oficial refiere que la fotografía se tomó en el marco de la satisfacción del deber cumplido, porque habían logrado poner en marcha y concluir un juicio por jurados, de manera exitosa. Simplemente, retratar el momento. Para el recuerdo.
¿Era necesaria la fotografía o fue un acto imprudente desprovisto de oportunidad?
No es fácil la respuesta.
En primer lugar porque se trataba de un delito de tipo sexual el que fuera traído a debate.
Si la figura criminosa de la que hablamos es un abuso sexual, ¿cuál es el bien jurídico protegido, según la codificación Penal Argentina? Respuesta: La libertad sexual de las personas que, normalmente, es ultrajada con violencia y ausencia de consentimiento.
Esta situación presupone la existencia de una víctima (mujer u hombre).
¿Habría sido del agrado de la víctima ser partícipe de la fotografía que retrataba un momento cuasi histórico, en el que todos sonreían sin reparos, para la instantánea?
Además, esa fotografía fue subida a las redes por el propio titular del tribunal a cargo del juicio por jurados en cuestión.
¿Es normal que culminado un proceso donde se ventila la determinación de culpabilidad en un hecho previsto y reprimido por el Código Penal, se tomen muestras fotográficas para subirlas a las redes sociales?
Es que comienzan a aparecer pilas de preguntas.
Fundamentalmente porque no podemos perder de vista que a este tipo de procesos no sólo lo conforman el imputado y su defensa, y el representante del Ministerio Público Fiscal y, eventualmente, la querella.
Si pensamos de esa manera, nos estamos olvidando de quien fuera el motivo que diera nacimiento a la investigación y, por ende, a la causa: La víctima.
Nos estamos olvidando que si la Investigación Penal Preparatoria derivó en un requerimiento de elevación a juicio del inculpado, fue por la existencia de elementos que así lo indicaban.
Salvo que el trabajo del fiscal de menor rango fuera arbitrario o deficiente.
Es por este razonamiento que, la fotografía controversial, a algunos les pareció obscena e inoportuna.
Y, frente a la remanida expresión popular de que una imagen vale más que mil palabras, surge la interpelación inevitable:
¿Quién no estaría a gusto con esa imagen que recorrió sin pausa el ciberespacio?
¿Quién está ausente en la fotografía que retrata el éxito de una jornada que culminó con un «juicio justo», según las palabras del Juez de la causa?
Toda buena pregunta es una ansiosa espera.
* Por Aldo Daniel Ávila, Abogado