Buenos Aires. Finalmente se aprobó y convirtió en ley la reforma previsional con el apoyo de los gobernadores peronistas que instaron a sus legisladores a darle luz verde al proyecto de la Casa Rosada.
La votación llegó pasadas las 7 de la mañana del miércoles y marcó en el tablero electrónica 126 votos afirmativos (entre los que se cuentan el de Goicochea, Terada y el peronista Mosqueda), 116 negativos (sumados los de Massín y Rach Quiroga) y 2 abstenciones (una pertenece a Elda Pertile).
Tras conseguir el quórum luego de la fallida sesión del jueves pasado, el oficialismo consiguió avanzar con el debate que se extendió durante 11 horas y culminó con una votación que marcó en el tablero electrónica 126 votos afirmativos, 116 negativos y 2 abstenciones.
Con el monitoreo permanente de Macri, Cambiemos sostuvo la sesión pese a que en la víspera se vivió una jornada de violencia dantesca, en la que grupos de izquierda se enfrentaron con las fuerzas de seguridad, que nuevamente mostraron ineficiencia y fueron desbordado por cientos de violentos.
De esta forma el Gobierno consigue la ley por la que tanto abogó y que implica un cambio en la fórmula de movilidad jubilatoria que implicará un ahorro de $ 100 millones por las arcas públicas, en pos de objetivo del equipo económico de reducir el déficit fiscal, que junto con la inflación constituyen metas innegociables para el oficialismo.
Justamente, el cambio de fórmula fue lo que encendió el debate a lo largo de un diciembre caliente. Para los diputados que votaron en contra, el nuevo cálculo producirá una pérdida en torno a los $ 800 para los jubilados de la mínima cuando en marzo se realice la actualización de haberes. Sin embargo, el oficialismo hizo hincapié en que los jubilados cerrarán el año 2018 con un aumento global que estará por encima de la inflación anual.
El jueves pasado la sesión naufragó luego de que el oficialismo no consiguiera el quórum, en lo que fue otro día signado por la violencia. Esta derrota parcial inmediatamente llevó al brazo político del Gobierno a iniciar febriles negociaciones con los gobernadores, con reuniones y contactos telefónicos durante el viernes y sábado pasados.
Para seducir a los gobernadores, el oficialismo entregó como moneda de cambio un bono compensatorio por única vez en marzo para los jubilados y los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo, para paliar en parte la pérdida que supone la nueva fórmula.
Con el apoyo asegurado de los gobernadores peronistas que auspician el Bloque Federal de diputados, la Casa Rosada impulsó la extensa sesión que comenzó ayer alrededor de las 18, mientras en los alrededores del Congreso se vivía un teatro de operaciones semejante a una guerra, que como coletazo tuvo por la noche cacerolazos en diversos barrios porteños.