Sáenz Peña. La comunidad católica de Sáenz Peña celebró a su Santo Patrono, San Roque . Lo hizo con una procesión por las calles de la ciudad para luego finalizar con una misa presidida por el Obispo de la Diócesis Monseñor Hugo Bárbaro. La imagen de San Roque recorrió varias arterias de Sáenz Peña, saliendo de la Catedral que lleva su nombre y finalizando en el mismo lugar.
De la procesión participaron el intendente de Sáenz Peña Bruno Cipolini, el presidente del Concejo Municipal Pedro Egea, el secretario de Gobierno Diego Landriscina, entre otros funcionarios.
En su homilía en la misa central, el obispo de la ciudad Hugo Bárbaro se refirió a la figura del santo de la ciudad resaltando su figura y amor al prójimo pero sobre todo amor y obediencia a Dios. «Tenía un trato muy íntimo con Dios, y como Dios es infinitamente misericordioso, Ro-que ejercitaba continuamente la misericordia, ocupándose de pobres, enfermos, necesitados», señaló.
«Roque hizo de buen samaritano, fue misericordioso, se ocupó de los demás sin pensar en sí mismo. ¿De dónde le vino a Roque el impulso interior de hacer lo que hizo? Tenía un trato muy íntimo con Dios, y como Dios es infinitamente misericordioso, Roque ejercitaba continuamente la misericordia, ocupándose de pobres, enfermos, necesitados», agregó.
Luego, pidió a la comunidad vivir en misericordia «con tantos que sufren por situaciones familiares difíciles, por falta de plata, de trabajo, de salud personal y o de un ser querido. Tal vez no podamos conseguirle trabajo o sanar su salud, pero sí podremos rezar con ellos y por ellos para que lleguen los milagros, podremos acompañar, dar ánimos, paz».
Sostuvo en este sentido que «son muchas las necesidades espirituales y materiales que tocamos a nuestro alrededor. Siempre podremos hacer algo, y rezar es un modo concreto de involucrarse y no es poco, pero busquemos movilizarnos, lo dice el Papa».
Por último, dijo el obispo que «pidamos a San Roque un corazón bien misericordioso, y que se note en la familia, en el lugar de trabajo, entre amigos, en el barrio, ojos para descubrir lo que necesitan, saber detenernos, e inclinarnos para ayudar».