25 abril, 2024

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Tubito se adueña de una calle para convertirla en estacionamiento y lavadero

Sáenz Peña. El fin de semana ChM puso a consideración de los lectores situaciones que se viven en la vía pública, y mencionó el abuso de algunos comerciantes. Presentó «La calle de los Echeverría» pero también citó al taller de los Krzystek y Ferretería del Norte de la familia Vicente.

La Pandemia mostró otro lado de los gobiernos, y en el caso local el Municipio buscó alternativas, desde lo impositivo y el funcionamiento, para que el comercio mantenga las puertas abiertas, sostenga sus empelados, y subsista. Pero hay comercios que se abusan permanentemente y sin pensar en la gente, tienen prácticas que debieran ser corregidas.

«La calle de los Echeverría» es el tramo de la calle Pibernus, entre San Luis (21) y Hermana Hortencia (19), en el barrio Santa Teresita. Allí no está muy claro si el transito está orientado de norte a sur, o de sur a norte, o si en su defecto la circulación es en doble mano. Es más tampoco se sabe si los ciudadanos pueden utilizar la calle, ni en qué horario pueden hacerlo, pues la empresa usa esos cien metros, lindantes a la Laguna de la Terminal para playa de estacionamiento y lavadero. Incluso hasta los móviles policiales, que dejan de patrullar un rato, pasan por el lugar para un «lavado gratis».

Esto no sólo ocurre en este punto de la ciudad. A lo ocurrido en ese sector que la gente llama «La calle de los Echeverría», se suma también lo sucedido en calle López y Planes (21), entre San Martín (12) y Belgrano (10) donde funciona la Ferretería del Norte de la familia Vicente, otro lugar donde la circulación es un verdadero desastre por los camiones que ingresan y se estacionan a cualquier hora.

Otro caso está cerca del Corralón en la calle Castelli (26) entre Avellaneda (19) y López y Planes (21) pero el dramático caos en el tránsito se suele extender desde Avellaneda (19) hasta Superiora Palmira (17). En ese sector el taller de los Krzystek se adueña de la calle en ambas manos para usarla de estacionamientos de vehículos que esperan turno para ser reparados y muchas veces amanecen allí.

Sáenz Peña crece, cada día, y con ese crecimiento debe crecer el compromiso de ser mejores vecinos, de respetar al otro. Pero es evidente que para algunos comercios, y comerciantes, el respeto a los demás no existe, más allá de la flexibilidad que el Gobierno pueda tener para acompañar al sector que atraviesa un momento delicado.

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